jueves, febrero 07, 2019

La vida enterrada

... una piedra, una hoja, una puerta desconocida; una piedra, una hoja, una puerta. Y de todas las caras olvidadas...
Desnudos y solos llegamos al exilio.
En su oscuro seno, no conocimos el rostro de nuestra madre; desde la prisión de su carne, venimos a la prisión indecible e inexplicable de esta tierra.
¿Quién de nosotros ha conocido a su hermano? ¿Quién de nosotros ha observado el corazón de su padre? ¿Quién de nosotros no ha permanecido siempre prisionero? ¿Quién de nosotros no es por siempre un extraño y solitario?
Oh, pérdida de pérdida, en laberintos calientes, entre estrellas brillantes en la más agotadora opaca ceniza, perdido! Recordando sin palabras buscamos el gran lenguaje olvidado, el final del camino al cielo, una piedra, una hoja, una puerta desconocida. ¿Dónde? ¿Cuándo?
Oh, fantasma perdido, llorado por el viento, vuelve otra vez.

Thomas Wolfe. El ángel que nos mira (Look Homeward, Angel/O, Lost: A Story of the Buried Life)

Ríos metafísicos


Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impuso. Yo describo y defino y deseo esos ríos, ella los nada. Yo los busco, los encuentro, los miro desde el puente, ella los nada...

(Julio Cortázar. Rayuela. Cap.21)