lunes, septiembre 05, 2005

Cantar de los Cantares

Qué bella eres, oh amada mía!
¡Que bella eres!
Tus ojos son como de palomas,
mirando a través de tu velo.
Tus cabellos son como manada de cabritos
que se deslizan por las laderas de Galaad.
Tus dientes son como rebaños de ovejas

trasquiladas que suben del lavadero:
que todas tienen mellizos,
y ninguna hay sin cría.
Tus labios son como hilo de grana,

y tu boca es bella.
Tus mejillas parecen mitades de granada,
a través de tu velo.
Tus dos pechos son como dos venaditos,

mellizos de gacela,
que se apacientan entre lirios.

Un jardín cerrado es mi hermana y novia,
un jardín cerrado, un manantial sellado.
Tus plantas son un huerto

de granados con exquisito fruto.
Hay alheñas y nardos;
azafrán, cálamo, canela,

plantas de incienso, mirra, aloe,
con todas las mejores variedades de especias.
¡Es un manantial cercado de jardines,

un pozo de aguas vivas que corren del Líbano!

¡Levántate, oh Aquilón! ¡Ven, oh Austro!
Soplad en mi jardín, y despréndanse sus aromas.
Venga mi amado a su huerto
y coma de su exquisito fruto.

(Salomón)

1 comentario:

Anónimo dijo...

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