la miel y el ron,
y una guitarra de azúcar
y una canción,
y un corazón.
Para Cándido Portinari
Buenos Aires y un bandoneón.
Ay, esta noche se puede, se puede.
Ay, esta noche se puede, se puede,
se puede cantar un son.
Sueña y fulgura
un hombre de mano dura,
hecho de sangre y pintura,
grita en la tela.
Sueña y fulgura,
su sangre de mano dura,
sueña y fulgura,
como tallado en candela;
como una estrella en la altura,
sueña y fulgura,
como una chispa que vuela,
sueña y fulgura.
Así con su mano dura,
hecho de sangre y pintura,
sobre la tela,
sueña y fulgura,
un hombre de mano dura.
Portinari lo desvela
y el roto pecho le cura.
Ay, esta noche se puede, se puede,
y, esta noche se puede, se puede,
se puede cantar un son.
Maravilloso tema, conjunción de la cultura latinoamericana: el homenaje al genial pintor brasileño Cándido Portinari a través de la poesía del cubano Nicolás Guillén, la música del chileno Horacio Salinas y la voz de nuestra inolvidable Negra...
1 comentario:
Hola Graciela!
Interesante descripción del blog, la sentí casi mía. Uno corre detrás de lo imposible con tanta seguridad, sigo creyendo que las ficciones no crecen de semillas mágicas.
Au revoir
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