—Ay, mi dulce niño de verano, —dijo la Vieja Tata suavemente—,
¿qué sabes tú del miedo? El miedo es para el invierno, mi pequeño señor, cuando
la capa de nieve es de treinta metros y el viento aúlla gélido desde el norte.
El miedo es para la larga noche, cuando el sol oculta el rostro durante años
enteros, y los bebés nacen, viven y mueren en la oscuridad, mientras los huargos
crecen demacrados y famélicos y los caminantes blancos se mueven a través de
los bosques...
(George R.R. Martin, Game of Thrones)
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