Allá, en
las tierras altas,
por
donde traza el Duero
su curva
de ballesta
en torno
a Soria, entre plomizos cerros
y
manchas de raídos encinares,
mi
corazón está vagando, en sueños...
¿No ves,
Leonor, los álamos del río
con sus
ramajes yertos?
Mira el
Moncayo azul y blanco; dame
tu mano
y paseemos.
Por
estos campos de la tierra mía,
bordados
de olivares polvorientos,
voy
caminando solo,
triste,
cansado, pensativo y viejo.
(Antonio Machado)
Siempre en mi corazón, por toda la vida, mi inmenso amor.
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