domingo, abril 10, 2005

Más acerca de la cigarra


Durante el verano, la hormiguita previsora trabajaba de sol a sol acopiando ramitas, granos y otros alimentos para el invierno, mientras la ociosa cigarra pasaba los días cantando alegre y despreocupadamente. La hormiguita, sudorosa, le reprochaba a la cigarra su actitud: «Ya en el invierno vendrás a pedirme comida, pero no te la daré», le advertía, pero la cigarra no le hacía caso y seguía cantando. Cuando llegó el crudo invierno, una noche la hormiguita, junto al calor del hogar, sintió que llamaban a la puerta. Afuera llovía torrencialmente y había un viento huracanado. La hormiguita abrió la puerta y allí estaba la cigarra: tapado de piel, anteojos negros, cigarrillo en boquilla de oro y una limusina esperándola paratrasladarla al aeropuerto. La hormiguita se quedó muda. «Hola», le dijo la cigarra. «Pasaba por acá y vine a despedirme». «¿Qué es esto? ¿Adónde te vas?», le preguntó azorada la hormiguita. «¿Te acordás de cuando cantaba en el verano? Bueno, me escuchó un empresario y me contrató. Voy a dar tres recitales en el Royal Albert Hall de Londres, 40.000 dólares cada uno, cinco shows en el Olympia de París, 50.000 dólares cada uno, otros tres en el Carnegie Hall de Nueva York, 80.000 dólares el concierto, y termino la gira con un megarrecital al aire libre en el Partenón de Atenas por el que me pagarán 250.000 dólares». La hormiguita le preguntó entonces: «Perdoname, ¿así que vas a ir a Grecia?». «Sí, al Partenón». «Haceme un favor entonces. Si por casualidad te encontrás con un tal Esopo, ¿le podés decir de mi parte que se vaya a la reputa madre que lo parió?».

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

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